18.2.16

¿Cómo me gustaría que fuera nuestro presidente?

¿Cómo me gustaría que fuera nuestro presidente?

Alfredo Stecher


Mi ideal,  en cuanto a lo personal, que sea (en orden alfabético)

ü  capaz de convencer con argumentos
ü  confiable, digno de confianza
ü  consistente
ü  honesto
ü  inmune ante la corrupción
ü  inteligente
ü  respetuoso
ü  sincero.

Y que
·       evidencie vocación de servicio público y no de servirse del cargo
·       posea una visión de conjunto, amplia y de futuro
·       entienda problemas centrales de nuestro país
·       tenga posiciones correctas en muchos temas fundamentales
·       esté comprometido con el crecimiento económico y la estabilidad política
·       apoye la lucha contra todo tipo de discriminación
·       que esté a favor de igualdad de género y derechos reproductivos de la mujer
·       respete los movimientos sociales y trate de atender sus reivindicaciones
·       presente un programa razonable para el período
·       haga promesas razonables y cumplibles, con voluntad de cumplirlas
·       evite el clientelismo y el populismo
·       tenga carácter, con flexibilidad, sin abdicar de principios
·       sea capaz de delegar, sin perder el control
·       sepa consultar y escuchar, también consejos y críticas
·       cuente con una trayectoria política básicamente positiva
·       haya tenido experiencia positiva de gestión
·       evidencie haber sabido escoger buenos equipos de campaña
·       esté dispuesto a reconocer errores pasados y presentes, y a enmendarlos
·       esté por encima de rivalidades y rencillas menudas, y sepa resolverlas
·       sea capaz de apelar a una amplia base ideológica y de aglutinar a las mejores personas independientemente de su afiliación política
·       garantice no verse involucrado en escándalos por culpa propia
·       tenga un mínimo de carisma.

Todas estas cualidades, no muy frecuentes en nuestra escena política y Estado (tampoco abundan en el mundo privado), debemos irlas cultivando lo más posible en nosotros mismos, en nuestros políticos y en las nuevas generaciones.

Espero que un gobierno suyo tenga probabilidades altas de mejorar nuestra política y nuestro Estado, o al menos de evitar un deterioro aún mayor, mientras vamos generando fuerzas de recambio progresistas realistas en la sociedad y en el Estado.

Ningún candidato reúne todas estas características, pero el que menos se aleja de ese conjunto ideal es Pedro Pablo Kuczynski, PPK, con el símbolo del cuy como elemento integrador.

Destaco en él su trayectoria pública y opiniones positivas de personas cercanas a él, su amplitud de criterio, su sensatez y sentido común, su identificación con el ala más liberal, moderna y con conciencia social del sistema, su capacidad de crear puentes entre empresariado y sectores populares, además de humor y buen humor (rasgos nada desdeñables en política), su convicción, firmeza y disposición a recapacitar, su cultura general y gusto por la música, su disposición a alianzas amplias, su compromiso con gobernar de otra manera, la mayor probabilidad de que los ministros sean personas adecuadas y que la indispensable tecnocracia sea enriquecida con la gente más capaz, seria y lúcida posible, con visión política.

Gane o pierda, en primera o segunda vuelta, él, su partido y sus equipos podrán seguir influyendo poderosamente en la escena política y hasta en la acción del ganador, si es otro. Necesitamos una alternativa capaz a Fujimori y el fujimorismo.


¡Démonos esa oportunidad!

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