7.4.16

Ataque a PPK en un vil artículo en la revista Poder

Alfredo Stecher


El 6 de abril apareció un artículo de Pedro José Llosa en la buena revista Poder, con el título La dama y el vagabundo (tomado de la película de Walt Disney), que contiene un ataque ridículo e inaceptable contra PPK.
Aclaro que no tengo vínculo con el Partido PPK ni por su candidato, ni lo conozco personalmente. Para quienes no lo saben, preciso que por mi salud ni quiero ni puedo asumir cargos, sí seguir como analista político independiente.
Mis apreciaciones sobre PPK, al que, sin ser impoluto, considero el menos malo de los candidatos, se basan en su buen desempeño como ministro de Toledo, responsable, junto a otros, de lo positivo que sí hubo en ese gobierno. No es casual la enorme diferencia entre la intención de voto por PPK y la de Toledo. Sí tengo amistad con algunos de esos ministros y sus viceministros, que siempre me han relatado una imagen de PPK positiva, de ponderación y buen criterio que priman sobre sus errores de entonces y en su mala campaña electoral.
Es clave recordar que ese período, de destacado manejo económico, ha sido el único en los últimos lustros en que la Policía Nacional ha mejorado significativamente su organización, su efectividad y su moral, con respeto de la normatividad, mejorada, todo lo cual en los siguientes gobiernos ha empeorado terriblemente, agravando la inseguridad para la ciudadanía, sus familias y sus negocios, especialmente para los pequeños.
Polemizando con Llosa: Es increíble considerar a PPK el más fujimorista de los fujimoristas, con argumentos aplicables a muchas personas también absolutamente no fujimoristas, y caracterizarlo a partir de un exabrupto y una disculpa chueca (algo lamentablemente humano y demasiado frecuente). De allí a acusarlo de pobreza moral hay un enorme trecho.
Considero a Verónika Mendoza inteligente y honesta, superior en tacto político, además de otras virtudes, pero me preocupan el riesgo de que una amplia opinión anti izquierda facilite el triunfo del fujimorismo, y que el llegar ahora a la presidencia, prematuramente, sin las necesarias condiciones, puede tener consecuencias probablemente terribles para nuestro país y significar su inmolación política. Tengo por ella mis mayores simpatías, pero considero absolutamente insuficiente su experiencia política y al parecer nula, la de gestión, algo clave para gobernar bien. Aún eso podría ser en parte remediado, si se basara en un partido de izquierda con visión amplia y realista, sólido y con algunas experiencias de gobierno resaltables, a cualquier nivel, e iniciativas legislativas importantes. Pero ni siquiera cuenta con cuadros con nivel de estadistas, como se expresa en su lamentable Plan de Gobierno. Reconozco que la acompañan muchos intelectuales y algunos políticos con cualidades positivas (pero en general insuficientes). Tengo mucho respeto por varios y amistad con algunos. Pero lo que vale en esto es el análisis político y no la amistad. Hago votos por que Verónika desarrolle su liderazgo con una política amplia, que la prepare a ella, a nuestra sociedad y a su partido (rompiendo con el fundamentalismo ultra) para ser más adelante una exitosa presidenta y gobierno. Estoy dispuesto a apoyarla en eso desde lejos.
Hay tantas experiencias en la historia latinoamericana y mundial, incluso en el presente, de intentos de cambio radical inmediato de modelo que terminaron en desastres. Aprendamos de lo que nos enseña el pasado.
En mis frecuentes escritos en blog propugno cambios radicales, algunos en la misma perspectiva que Frente Amplio, pero al ritmo que las capacidades propias y las correlaciones de fuerzas permiten, lo que exige una inmediata pero cautelosa y progresiva mejora del Estado, aprovechando lo positivo de la actual normatividad y anulando en lo posible lo negativo, con impactos en todos los ámbitos de la sociedad; la concentración de esfuerzos en lo más apremiante para la ciudadanía, la corrupción, la inequidad, la inseguridad y la injusticia; así como en lo que es clave para nuestro futuro, reformar integralmente la educación, priorizando la calidad y no lo cuantitativo (en que también se debe avanzar), con énfasis en la parvularia y primaria; complementándolo con la generalización de guarderías para una mejor atención material y pedagógica a la primera infancia y para facilitar el trabajo de las madres fuera del domicilio, todo lo cual generará mejores ciudadanos.
Teniendo algunos serios vacíos, el Plan de Gobierno de PPK es el más sólido.
Tener un buen plan y aplicarlo bien exige visión de estadista, suficiente estabilidad, política amplia de alianzas y no enfrentarse con casi todos a la vez, algo siempre erróneo y pernicioso, sin un amplio respaldo ni una muy amplia mayoría congresal, que posibilitarían ampliar algo el abanico de objetivos inmediatos. Cada período de gobierno debe atacar los problemas centrales más urgentes en la medida de las fuerzas disponibles, manteniendo un marco de crecimiento económico y preparando las condiciones para las siguientes profundas transformaciones. Fallar puede tener nefastas consecuencias.
Con su referencia a borceguíes, o sea botas, Llosa insinúa que PPK es militarista, algo francamente ridículo, como es también una total falta de respeto calificarlo de vagabundo. Es insólito culparlo de plegarse a la primera bandera que lo ayude a llegar al Poder, que es una mentira. A diferencia de varios otros candidatos ha construido su propio partido para eso. Hasta Mendoza se basa en un partido que no es el suyo, por seguir con inscripción electoral (Tierra y Libertad, de negativo ultrismo, que ha marcado su Plan de Gobierno).
Han bajado mis simpatías por PPK, pero me sigue pareciendo el mal menor para nuestro querido Perú, ante dos alternativas de potencial terrible. Además toda polarización entre extremos es sumamente peligrosa.