¿Cómo me gustaría que fuera nuestro presidente?
Alfredo Stecher
Mi ideal, en cuanto a
lo personal, que sea (en orden alfabético)
ü
capaz de convencer con argumentos
ü
confiable, digno de confianza
ü
consistente
ü
honesto
ü
inmune ante la corrupción
ü
inteligente
ü
respetuoso
ü
sincero.
Y que
·
evidencie vocación de servicio público y no de
servirse del cargo
·
posea una visión de conjunto, amplia y de futuro
·
entienda problemas centrales de nuestro país
·
tenga posiciones correctas en muchos temas
fundamentales
·
esté comprometido con el crecimiento económico y
la estabilidad política
·
apoye la lucha contra todo tipo de
discriminación
·
que esté a favor de igualdad de género y
derechos reproductivos de la mujer
·
respete los movimientos sociales y trate de
atender sus reivindicaciones
·
presente un programa razonable para el período
·
haga promesas razonables y cumplibles, con
voluntad de cumplirlas
·
evite el clientelismo y el populismo
·
tenga carácter, con flexibilidad, sin abdicar de
principios
·
sea capaz de delegar, sin perder el control
·
sepa consultar y escuchar, también consejos y críticas
·
cuente con una trayectoria política básicamente
positiva
·
haya tenido experiencia positiva de gestión
·
evidencie haber sabido escoger buenos equipos de
campaña
·
esté dispuesto a reconocer errores pasados y
presentes, y a enmendarlos
·
esté por encima de rivalidades y rencillas
menudas, y sepa resolverlas
·
sea capaz de apelar a una amplia base ideológica
y de aglutinar a las mejores personas independientemente de su afiliación
política
·
garantice no verse involucrado en escándalos por
culpa propia
·
tenga un mínimo de carisma.
Todas estas
cualidades, no muy frecuentes en nuestra escena política y Estado (tampoco
abundan en el mundo privado), debemos irlas cultivando lo más posible en
nosotros mismos, en nuestros políticos y en las nuevas generaciones.
Espero que un
gobierno suyo tenga probabilidades altas de mejorar nuestra política y nuestro
Estado, o al menos de evitar un deterioro aún mayor, mientras vamos
generando fuerzas de recambio progresistas realistas en la sociedad y en el
Estado.
Ningún
candidato reúne todas estas características, pero el que menos se aleja de ese
conjunto ideal es Pedro Pablo Kuczynski,
PPK, con el símbolo del cuy como elemento integrador.
Destaco en
él su trayectoria pública y opiniones positivas de personas cercanas a él, su
amplitud de criterio, su sensatez y sentido común, su identificación con el ala
más liberal, moderna y con conciencia social del sistema, su capacidad de crear
puentes entre empresariado y sectores populares, además de humor y buen humor (rasgos
nada desdeñables en política), su convicción, firmeza y disposición a
recapacitar, su cultura general y gusto por la música, su disposición a alianzas
amplias, su compromiso con gobernar de otra manera, la mayor probabilidad de
que los ministros sean personas adecuadas y que la indispensable tecnocracia
sea enriquecida con la gente más capaz, seria y lúcida posible, con visión
política.
Gane o
pierda, en primera o segunda vuelta, él, su partido y sus equipos podrán seguir
influyendo poderosamente en la escena política y hasta en la acción del
ganador, si es otro. Necesitamos una alternativa capaz a Fujimori y el
fujimorismo.
¡Démonos esa
oportunidad!