Alimentación rica y sana
Constataciones y consejos
Parte 2
Alfredo Stecher
I.
Aspectos
generales
1. Siempre
hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo es algo complejísimo, en gran parte
todavía desconocido e incomprendido, con unos cien billones de células (los
estimados varían mucho) -organismos vivos relativamente autónomos-, de las
cuales cien mil millones son neuronas (con cien billones de sinapsis –
conexiones entre ellas).
2. Si
quiere estar sano, a la larga, o poder sanar duraderamente, coma bien - calidad,
gusto, cantidad y oportunidad-, y muévase –trabajo físico o caminatas y
ejercicios.
3. Estar
sano incluye el tener células sanas, con un sistema inmunológico potente, lo
que es posibilitado por una alimentación saludable, que puede resumirse en: lo
más diversa, integral, natural, fresca y menos procesada posible, que evite
componentes que generan problemas físicos o rechazo sicológico, que conjugue
calidad y placer, moderación cuantitativa y oportunidad.
4. Debe
ir a la par con una buena digestión y regular excreción.
5. Es
clave para tener un buen estado tanto físico como de ánimo (y evitar las
depresiones).
6. Es
importante la regularidad y la moderación cuantitativa de la ingesta de
alimentos, comer con tranquilidad, masticar bien, tomar mucha agua no
gasificada, evitar o contrarrestar el estrés y dormir bien (en promedio ocho
horas, variable según cada persona).
7. La
cantidad adecuada de comida depende de nuestro metabolismo y de nuestro gasto
en energía, que debe alcanzar el nivel indispensable para tener un metabolismo
sano.
8. Es
positivo que las comidas sean experiencias de interacción, tener un clima
positivo y no tratar temas estresantes, y puede ser, por ejemplo, favorable,
con o sin connotación religiosa, un ritual de iniciar la comida con gracias por
los alimentos; también ayuda tener música de fondo agradable para todos los
comensales.
9. También
para los alimentos y sus componentes vale la frase del médico suizo Paracelso
(siglo XVI), que la dosis hace al veneno, que invita a la moderación; hasta el
exceso de agua es dañino (más de tres o cuatro litros adicionales a la
contenida en la comida) y en extremos hasta puede causar la muerte).
10. Es muy
saludable tomar uno o más vasos de agua al levantarse, un tiempo antes del
desayuno, para ayudar al cuerpo a limpiarse, e indispensable tomar varios vasos
de agua entre comidas, hasta unos dos litros.
11. La calidad
nutricional del agua varía según su fuente y estado; donde la calidad del sistema y de las cañerías domésticas, así como las características
bacteriológicas, lo permiten, es mejor tomar agua de la llave o grifo, sin
hervir –en lo posible, filtrada (con filtro en buen estado)-, donde no, es positivo complementar las aguas
hervidas con aguas industriales o minerales.
12. Una alimentación
equilibrada permite ir eliminando al menos una parte de los elementos dañinos o
en exceso, incluso de residuos de agroquímicos presentes en comida y entorno,
que de otro modo se siguen acumulando.
13. Aún más
importante que la ausencia o nivel bajo de residuos de agroquímicos es la
inocuidad bacteriológica y la ausencia de parásitos, ya que infecciones de
origen alimentario pueden anular temporalmente -y los parásitos, por tiempo
prolongado- los beneficios de una alimentación por lo demás sana.
14. La tolerancia
a patógenos infecciosos depende de las resistencias diferentes de cada persona
según sus características físicas y sus niveles previos de exposición, menores tanto
en bebes y ancianos como en foráneos, nacionales o extranjeros, no arraigados
en el lugar.
15. Conviene
aplicar también en la preparación y consumo de alimentos los criterios de no
despilfarro, reutilización, reciclaje y adecuada disposición de residuos, así
como el menor uso posible de plásticos y el no uso de utensilios de espuma
plástica -poliestireno- (por riesgos para la salud y por su devastador efecto
ambiental).
16. Personas
socialmente responsables vinculan además una comida sana con precios justos
para los productores y condiciones laborales adecuadas para los trabajadores,
lo que explica el auge del comercio justo, especialmente en Europa y de las
certificaciones que lo garantizan.
II.
Dieta
adecuada
17. Es incluso
más importante aumentar la proporción y diversidad de alimentos positivos que
evitar algún consumo de los negativos –lo que, en parte, será consecuencia
automática de lo primero.
18. Es muy
positiva la mayor diversidad posible de alimentos en el tiempo, pero es
preferible poca diversidad en cada comida, para facilitar la digestión y
asimilación, no sobreexigiendo al hígado.
19. Son
ampliamente preferibles los alimentos naturales -realmente- integrales, menos
procesados y más frescos, además algunos fermentados.
20. El cuerpo necesita,
y, en parte, produce, algunos radicales libres, a la vez que antioxidantes que
los compensan, pero el exceso de radicales libres es pernicioso, y proviene más
de los alimentos refinados; tiene que ser compensado por ingesta de
antioxidantes de los no refinados, importantes para prevenir y combatir
enfermedades y enlentecer el envejecimiento.
21. También
nos generan radicales libres la contaminación ambiental, aditivos químicos,
pesticidas, radiación (también la solar en exceso), inhalar humo activa- o
pasivamente, muchos medicamentos, drogas, productos cosméticos con ingredientes
sintéticos, etc.
22. Entre los
antioxidantes destacan algunas vitaminas (C y E), glutatión, ácido lipoico y
úrico, melatonina, carotenos, la provitamina A, algunas proteínas, algunos
minerales básicos y oligoelementos (zinc, cobre, manganeso, selenio), algunas enzimas,
algunos colorantes naturales y algunos fitoquímicos (todos positivos en su
estado natural en la comida menos procesada, no -o mucho menos- positivos, como
suplementos artificiales, y además, en exceso, dañinos).
23. Con una
dieta variada es poco probable que una persona sana tenga alguna insuficiencia
y casi imposible, un exceso.
24. Entre los
vegetales tienen más antioxidantes los de color más oscuro (especialmente entre
anaranjado, rojo y morado), como cebolla morada, zanahoria, zapallo, camote, pimiento,
ají, berenjena, coles (incluidos brócoli, de Bruselas y morada), palta/aguacate,
tomate; entre las frutas, destacan los cítricos, mango, papaya, tuna (más la
roja), uva negra, semillitas en las uvas, kiwi, fresa, maracuyá, coco/pipa, mora,
aguaje, ciruela, melocotón, durazno y similares, guayaba, chirimoya y guanábana;
también hay antioxidantes en ajo, cereales y legumbres, té y café, carnes,
pescados y lácteos, y, en especial, en germinados.
25. El cuerpo
necesita eliminar sustancias químicas y toxinas, y excedentes de los naturales,
lo que es facilitado por el agua y por alimentos diuréticos (en especial
sandía, pepinillo, zanahoria, berenjena, apio, espárrago, alcachofa, piña y la
cocción de su cáscara, además de café, té y alcohol, en particular cerveza),
también por apio, cebolla, ajo, perejil, cereales integrales, limón, uva y
manzana.
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