No hay Trump que por bien no venga
Alfredo Stecher
21.02.2017
Al menos en
perspectiva, pero ya con síntomas vigorosos.
Es impresionante la cantidad de pronunciamientos de todo
tipo, fuertes y de una inusitada diversidad de fuentes, contra las medidas adoptadas
en un mes como presidente, contra la designación de personas reaccionarias, multimillonarias,
de lo peor de Wall Street, militares represivos, con altísimos conflictos de
interés e infractores de la legislación tributaria (con un par de excepciones
notables), y contra el descaro de sus planteamientos contrarios a todos los
avances en materia de concepciones y derechos. Algunos llaman a estos despectivamente
lo políticamente correcto, pero en realidad deben ser exaltados como tal, muy
positivo. Y ha sido enorme la movilización física de protesta, organizada por
mujeres, al día siguiente de la asunción de mando (cinco millones de personas
en todo el mundo, de ellas tres millones en los EEUU). ¿Y los hombres? Hay un
despertar cívico con nuevas formas de protesta y movilización, que genera una
inédita atmósfera cultural y política de difusión viral.
Esto evidencia que la democracia y los valores liberales,
humanistas y socialistas son capaces de aglutinar a un muy amplio espectro
contra las degeneraciones de la política con orientación fascista.
Lo descarnado y desfachatado del trumpismo está produciendo
un realineamiento de posiciones y fuerzas sociales y políticas, y ayudando a la
activación y confluencia de opiniones y fuerzas democráticas desde gran parte
del espectro económico, social y político, con excepción de las posiciones más
derechistas, más reaccionarias y de los sin escrúpulos más ávidos de Poder y/o beneficiados
o que buscan ser beneficiados económicamente.
Evidentemente la lucha por el progreso social debe ser
orientada contra quienes, desde el sistema, enarbolan posiciones contrarias a muchos
de los avances políticos y sociales de la humanidad; y a favor de la
consolidación y ampliación de todo lo políticamente correcto y económicamente
progresivo.
Mientras no lleve a la destrucción física de nuestro mundo -y
lamentando los sufrimientos de quienes padecen las consecuencias directas o
indirectas de sus políticas-, podemos reconocerle a Trump el ayudarnos a valorar
lo ya avanzado. Lo veo como una anomalía temporal más que como un cambio de
tendencia mundial.
Ha quedado en evidencia que mucho de lo positivo que vemos
dentro de la política mundial y de muchos estados no son adornos de algo
nefasto, sino parte de una evolución positiva del sistema capitalista, de
democracias y de organismos internacionales, a pesar de sus enormes defectos y
deficiencias, que tenemos que defender contra todos los oportunismos y
autoritarismos, y, en particular, contra el trumpismo, a la vez que seguir
profundizándolos y consolidándolos. Enumero los que tengo presentes, sin orden
de importancia:
1. la
conciencia y defensa de los valores universales heredados del humanismo, del liberalismo,
del socialismo y de otras fuentes, también religiosas, ampliados en el último medio
siglo gracias a movimientos culturales y sociales progresistas y políticos positivos;
en particular los derechos de las personas y de colectivos y organizaciones
sociales, así como la precisión de sus obligaciones morales y cívicas
2. un
peso creciente de lo ética y moral en la apreciación de conductas y decisiones económicas
y políticas
3. la
valoración de la tolerancia, del pluralismo, de la solidaridad, de la
multiculturalidad y de la transparencia (esta, en niveles razonables y
concerniente a lo público, porque también hay el derecho a la privacidad)
4. la
mantención de los marcos democráticos, la profundización de la democracia y el
rechazo a alternativas dictatoriales, civiles o militares, con defensa de
derechos de mayorías y minorías, en especial también de los derechos humanos
5. la
crítica a y esfuerzos por corregir la insuficiencia de vocación de servicio
público, la desidia, la mediocridad, la disfuncionalidad, los abusos y la
corrupción de muchas burocracias estatales a todo nivel, lo que comparten
muchas privadas
6. el
fomento de la paz interna y entre países, con notable reducción de los gastos
en armamento desde el fin de la Guerra Fría (pero aún muy elevados) con condena
a la incitación a la violencia y a la tortura
7. la
tendencia sostenida a una disminución de la violencia militar y civil, a pesar
de sus picos terribles
8. la
globalización con sus mayores libertades y facilidad de circulación de ideas, de
personas, de bienes y de servicios
9. mayor
respeto por la ciencia, la innovación y el emprendimiento de todo tipo, y un
aumento de los apoyos, aún insuficientes, también estatales, con explosión de
conocimientos científicos en todos los campos, desde la nano realidad hasta el
cosmos, las ciencias naturales, de salud y sociales
10. sostenidos
avances en la tecnología, con sus lados de sol y de sombra, como la
robotización, que puede aliviar el trabajo a los humanos a la vez que dejar a
muchos sin trabajo, y en la cada vez mayor capacidad de informarse (si se
supera la desinformación), de hacer denuncias y de organizar protestas, así
como de promover el bien, gracias a la informática y las redes sociales
11. el aprecio
por la multiculturalidad y el florecimiento de todas las artes, con cada vez
mayor responsabilidad social de muchos artistas y del mundo del espectáculo
12. la mejora
y difusión de estándares de calidad de productos y procesos, así como de
servicios, y un sostenido proceso de mejora y abaratamiento de gran parte de
los productos y servicios gracias a las mejoras de productividad y el aumento
de la competencia entre empresas y entre países
13. la
creciente conciencia y esfuerzos por contrarrestar la excesiva e insultante
desigualdad económica entre personas, a la vez que reconocimiento y fomento de
la significativa disminución de la pobreza en la mayoría de países
14. los
enormes avances en ciencias y tecnologías de salud, así como en medicamentos, tanto
de parte de empresas como de instituciones privadas y estatales, junto con
revaloración de los aportes de medicinas tradicionales y alternativas
15. los
intentos de superar el economicismo en el diseño de políticas públicas y en las
privadas de asistencia y de promoción del desarrollo
16. mayor
preocupación por la mejora de oportunidades y de la calidad de vida para
amplias mayorías, esfuerzos por ampliar la cobertura y mejorar la calidad de
los servicios estatales y privados de seguros de salud y de jubilación y
desempleo, con preocupación por jubilaciones decentes, por ingresos mínimos
razonables para desocupados y por la solidaridad intergeneracional
17. el peso de
lo ambiental en las decisiones políticas y económicas, las acciones contra la contaminación
del aire, de los paisajes y de las aguas, y en defensa de los ecosistemas
naturales
18. el lento aumento
de la asunción y de mecanismos de responsabilidad social y ambiental en
empresas de todo tipo y tamaño, el desarrollo de una agricultura sostenible,
con limitación del uso de agroquímicos, y un crecimiento sostenido de la
agricultura orgánica y similares
19. la cada
vez mayor conciencia de lo que es más saludable y de lo que es más perjudicial
de la alimentación y del entorno
20. la mejora
de las normativas y de la política y mecanismos de defensa de los derechos de
los consumidores, con ampliación de sellos serios de calidad y de cualidades
deseables de los procesos y productos
21. una más
fructífera descentralización y una centralización más razonable, con tendencia aún
incipiente a una planificación urbana para el logro de ciudades y poblados más
vivibles, con acelerado aumento de energías alternativas, a la vez que
extensión de muchas ventajas de las ciudades a poblados de menor tamaño
22. una mayor
capacidad de prevención, previsión y mitigación de desastres, así como de contrarrestar
sus efectos en los damnificados
23. una mejor
regulación del sistema financiero para contrarrestar su aspecto parasitario y para
disminuir los riesgos de una nueva crisis y depresión, así como luchas contra
los monopolios y oligopolios abusadores de su posición de dominio
24. las
crecientes ofensivas contra la corrupción, en especial entre negocios y
políticos, con mayor eficacia y severidad de las legislaciones contra la
corrupción y de las instituciones obligadas a combatirla, y la promoción de una
cultura de honestidad en la población y en el Estado
25. los esfuerzos
por reformas en la educación, desde la primera infancia, hacia mayores oportunidades
y capacidades de todo tipo y perspectivas de mejores vidas, y de defensa frente
a la generalización de técnicas liberadoras de mano de obra no calificada o con
calificaciones obsoletas
26. el
descrédito de la misoginia, por una mayor igualdad de género, el creciente
respeto a las personas y comunidades LGBT y la ampliación de derechos para
parejas homosexuales
27. la defensa
y ampliación del acceso a métodos anticonceptivos y del derecho de las mujeres
a decidir sobre su cuerpo
28. la
creciente condena y castigos a la violencia intrafamiliar y a todo tipo de
abusos contra menores, en familias e instituciones, privadas y estatales
29. el mayor reconocimiento
de derechos y capacidades de las personas con disabilidades
30. el rechazo
al racismo, a la xenofobia y al nacionalismo castrador, con valoración humana y
económica de la inmigración y de los pueblos originarios
31. el respeto
a la religiosidad y al secularismo, y la separación de estados e iglesias, con
rechazo a discriminación y condenas por filiación religiosa
32. el peso de
la vida personal de implicancias públicas en la valoración de los políticos y
funcionarios del Estado
33. el aumento
de la indignación y protestas contra abusos, corrupción y desidias, y de la
capacidad de expresarlas y canalizarlas
34. la
tendencia a una política más inteligente contra el narcotráfico y otras mafias,
a mejoras del sistema judicial y de las fuerzas policiales
35. el
reconocimiento del valor de las élites mundiales y de las reformas positivas en
muchos organismos internacionales mundiales y multi estatales y en las
normativas en numerosos campos, incluyendo la adopción de medidas contra el
calentamiento global (junto con crítica a su burocratismo y al excesivo costo
de su institucionalidad y gestión)
36. el enorme
aumento y ampliación de objetivos y mecanismos de la filantropía.
Seguramente la lista debería ser aún más larga; es importante
lo que ha avanzado el mundo en el último medio siglo de relativa paz y lo que
podemos seguir avanzando cada vez más rápido, de manera sostenida, si evitamos
generar reacciones contrarias demasiado fuertes y temporalmente exitosas, como
lo personifica Trump.
Es probable que el trumpismo arremeta contra todos o una
gran mayoría de puntos de esta lista, y nos ayude a valorarlos más y a
mejorarlos, de inmediato o a mediano plazo.
Es seguro que lo positivo todavía sufra otros retrocesos políticos
y electorales, especialmente en Europa, y nunca dejará de estar en riesgo, pero
creo que en esta coyuntura el auge de lo reaccionario terminará movilizando y
uniendo a las fuerzas progresistas de todos los estratos económicos y de la
mayoría de segmentos políticos en una mayoría de países.
Cada negación verbal y material de lo señalado aumentará el
rechazo a quienes los cometen. Seguirán pasando cosas terribles, en todos los
campos y países, en diferentes grados; cada avance provocará una reacción y en algunos
casos, retrocesos. Pero, en tanto se han ido incorporando crecientemente en la
conciencia intelectual y social, como tesoro cultural de la humanidad, se
seguirán batiendo o volverán a batirse en retirada quienes tratan de
eliminarlas.
Continúa habiendo esclavismo, se sigue despreciando y maltratando
a mujeres y a los diferentes, sigue habiendo recortes a los derechos
democráticos, y un largo etcétera, pero tanto la tolerancia a eso como su
aceptación va disminuyendo y es muy poco probable que el mundo les restituya su
posición dominante y generalmente aceptada, si no sucede un cataclismo.
Eso, siempre que activemos y nos unamos para evitar los
retrocesos, lo que exige darle menos importancia a los aspectos en que se
discrepa, más bien por ideología, y enfatizar lo que compartimos.